En plena primavera y no deja de llover (que es medio normal), de refrescar, y de caer granizo (y eso ya no es muy normal, digo yo). Y aquí estamos... como locas esperando el buen tiempo.
Y es que con el buen tiempo estamos de mejor humor, con más optimismo, hasta dan ganas de madrugar (esto último sin exagerar eh?!).
Ver el campo pintado de todos los tonos de verde, las flores en su plenitud, sentir los rayos del sol ... Para quien no se haya dado cuenta aún, lo explico: soy como los lagartos! un rayo de sol, y ahí estoy yo.
Y esta espera se me está haciendo eterna!
Pero lo que más nos gusta en esta época, es disfrutar de los espacios abiertos. Ya sea un pequeño balcón, una terraza o un jardín.
Desde la mañana hasta la noche. Cada vez que se puede.
Yo hasta ahora sólo he podido sentarme en el porche a tomar café mientras veo llover. También tiene su encanto. Me ha dado tiempo a pensar... ¿Cómo voy a iluminar el jardín para las reuniones familiares, las fiestas con los amigos, etc etc.?
Hay tanto donde elegir, ¿Velas o electricidad? ¿En la pared, colgadas o en el suelo? ¿Una mezcla de todo o elegir una sola opción? Nosotras somos mucho de velas en nuestras casas, pero vamos a ver y compartir contigo todas las opciones.
Hay todo un abanico si decidimos poner la iluminación en alto.
Pueden ser desde las bombillas de feria que tan de moda se han puesto desde hace un tiempo....
O guirnaldas con frascos, farolitos, lámparas de papel, flores.... hay una enorme variedad en el mercado para que nos pasemos horas intentando decidir.
Hasta las típicas luces de navidad. Y eso está bien, trabajo que nos ahorramos!
Son más pequeñas, delicadas y podemos utilizarlas de mil formas. Colgadas de los techos....
Alrededor de los árboles, postes, plantas, barandillas, etc
Luego están las velas. Grandes, pequeñas, delgadas, gordas, blancas o de colores. Suspendidas, en las mesas, en los rincones o iluminando caminos.
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